Reconstruyendo la Confianza en la Política Latinoamericana: Un Desafío Urgente.
Por Camilo Larios.
La desafección política en América Latina ha alcanzado niveles alarmantes. Ciudadanos de diversos países de la región comparten una percepción generalizada de los políticos como una clase privilegiada, desconectada de las necesidades reales de la población. Según Beatriz Stolowicz, esta crisis de representación afecta tanto a los partidos tradicionales como a muchos de izquierda, generando un preocupante descrédito de la política como herramienta de cambio social[1].
Este fenómeno no es nuevo ni exclusivo de América Latina. Como señala Robert Michels en su clásico estudio sobre los partidos políticos, existe una tendencia inherente en las organizaciones políticas hacia la oligarquización, lo que puede alejarlas de sus bases[2]. Sin embargo, en el contexto latinoamericano, esta tendencia se ha visto exacerbada por factores específicos de la región.
El verdadero significado de la política, no obstante, va más allá de las prácticas parlamentarias y las campañas electorales que dominan el discurso público. La política, en su esencia más profunda, es la gestión del poder colectivo para transformar la realidad social. Como argumenta Antonio Gramsci, es un instrumento potencialmente poderoso para la construcción de una nueva hegemonía cultural y, por ende, para la inclusión y la justicia social[3].
El desafío actual en América Latina es reconectar a la ciudadanía con este sentido profundo de la política. Esto implica una serie de acciones concretas:
1. Fomentar una participación ciudadana más activa y constante, no limitada a los ciclos electorales. Experiencias como el Presupuesto Participativo en Porto Alegre, Brasil, demuestran el potencial de involucrar a los ciudadanos en la toma de decisiones más allá del voto[4].
2. Desarrollar nuevas formas de organización política que combinen la representación institucional con movimientos sociales de base.
3. Priorizar la formación política de la ciudadanía para una comprensión más profunda de los procesos democráticos. Esto implica no solo educación cívica formal, sino también el fomento de espacios de debate y reflexión política en la sociedad civil.
4. Abordar las desigualdades estructurales que socavan la participación política efectiva. Como señala Nancy Fraser, la paridad participativa es fundamental para una democracia saludable[6].
El camino hacia una política más representativa y eficaz en América Latina es largo y complejo. Requiere superar lo que Stolowicz llama «el parlamentarismo como práctica política de integración a los objetivos dominantes»[1]. En su lugar, es necesario construir una política que responda genuinamente a las necesidades y aspiraciones de las mayorías.
La recuperación de la confianza en la política como herramienta de transformación social es crucial para enfrentar los grandes desafíos de desigualdad y exclusión que aquejan a la región. Como argumenta Chantal Mouffe, una democracia vibrante requiere de un «pluralismo agonístico» donde diferentes visiones políticas puedan competir de manera constructiva[8].
En conclusión, la tarea de reconstruir la confianza en la política latinoamericana es urgente y multifacética. Implica no solo reformas institucionales, sino un cambio profundo en la cultura política de la región. Solo así podremos aspirar a una democracia que no se limite a ser un método de selección de élites, como advierte Joseph Schumpeter[9], sino que sea un verdadero instrumento de emancipación y justicia social.
Referencias:
[1] Stolowicz, B. (2001). «El desprestigio de la política: lo que no se discute». Política y Cultura, (16), 166-192.
[2] Michels, R. (1915). Political Parties: A Sociological Study of the Oligarchical Tendencies of Modern Democracy.
[3] Gramsci, A. (1971). Selections from the Prison Notebooks. International Publishers.
[4] Baiocchi, G. (2005). Militants and Citizens: The Politics of Participatory Democracy in Porto Alegre. Stanford University Press.
[5] Fraser, N. (2009). Scales of Justice: Reimagining Political Space in a Globalizing World. Columbia University Press.
[6] Mouffe, C. (2000). The Democratic Paradox. Verso.
[7] Schumpeter, J. (1942). Capitalism, Socialism and Democracy. Harper & Brothers.